lunes, 31 de enero de 2011

Desde la televisión hasta los juguetes

Interesante artículo que habla de la formación de los géneros... Está bueno el enfoque, me pareció, y sobre todo el último apartado.

Tomado de BabyCenter en Español: http://espanol.babycenter.com/preschooler/desarrollo-social-emocional/diferencias-ninos-ninas/#ixzz1CdeI6pPr

Desde la televisión hasta los juguetes: Qué hace que los niños sean niños y las niñas sean niñas

La mayoría de los expertos coincide en que la biología es el principal factor que determina que los niños se comporten “como niños” y las niñas “como niñas”. Sin embargo, lo cierto es que las hormonas y la anatomía, por sí solas, no pueden explicar las grandes diferencias que hay entre los dos sexos. La sociedad es otro de los factores que influyen en las diferentes direcciones que toman, desde su nacimiento, los niños y las niñas.

Se les trata diferente desde la cuna

Desde el momento que nacen los bebés, los varoncitos y las mujercitas reciben un trato diferente. Los estudios demuestran que cuando los adultos creen que un bebé es niña, dicen que es “dulce” o “femenina”. Pero si el mismo bebé lleva un trajecito azul, lo consideran “fuerte” y “lleno de energía”.

Susan Witt, profesora de desarrollo infantil en la Universidad de Akron, en Ohio, explica que, por lo general, los padres tienden a hablarles con más dulzura a sus hijas que a sus hijos cuando son bebés. Asimismo, los padres juegan de una manera distinta con sus bebés varones. La interacción es más física.

Juguetes: autos para niños y muñecas para niñas

Es muy común que a los niños se les den autos y a las niñas muñecas. Y los pequeños se toman muy a pecho ese patrón, que puede perdurar por mucho tiempo. A través de un estudio se descubrió que las niñas, incluso a los 18 meses, ya asociaban los autos con los niños y las muñecas con las niñas. "Los pequeños que pasan la mayor parte de su niñez usando juguetes específicos para su sexo seguramente desarrollarán ideas muy tradicionales acerca de los sexos”, asegura Witt.

Modelo de conducta: “Sé como yo”

Los niños prestan mucha atención a los hombres y a las mujeres que hay en sus vidas. Por lo tanto, es común que, desde una temprana edad, sus expectativas se basen en lo que observan a su alrededor. Un estudio reciente de Brigham Young University halló que un grupo de niños de 24 meses estaban fascinados por actores que realizaban actividades que regularmente se atribuyen a personas del otro sexo. Se quedaron sorprendidos cuando un hombre se pintó los labios y una mujer se puso una corbata.

Los niños absorben los hábitos de los adultos y algunas veces, los resultados no son los deseados. Diane Ruble, catedrática de psicología en New York University, relata la historia de un pequeño, cuya mamá tomaba siempre café y el papá té. El niño pensaba que sólo las mujeres tomaban café y los hombres té hasta que un día, para su gran sorpresa, vio a un hombre tomando café.

¿Cuál es la lección? Recuerda que tu hijo se da cuenta de todo y si quieres que aprenda que los hombres pueden cocinar o que las mujeres pueden arreglar cosas en la casa, muéstraselo. Las ideas que tienen los niños sobre los roles de ambos sexos son mayormente influenciadas por lo que ven en su propio hogar. Sin embargo, si tu pareja y tú desempeñan roles muy tradicionales en tu hogar, y eso no va a cambiar, puedes encontrar maneras creativas de exponer a tus hijos a otras opciones.

Por ejemplo, muéstrale libros, programas de televisión o películas donde tanto hombres como mujeres desempeñen varios roles. También puedes llevarlo a hogares de familiares o amigos, donde por ejemplo, el papá cocina y la mamá se encarga de arreglar los aparatos electrodomésticos que no funcionan.

En la actualidad tanto hombres como mujeres ocupan puestos de trabajo que, hasta hace unas cuantas décadas, eran considerados para un sexo en particular. Para que tu hijo comprenda que cualquier persona, sea hombre o mujer, puede desarrollar cualquier actividad que le guste, le puedes señalar a un enfermero o una mujer policía. Haz comentarios positivos sobre ellos: "Yo creo que él decidió ser enfermero porque le gusta cuidar a las personas” o “Ella se encarga que no haya crimen en nuestra ciudad”.

Ropa: Vestidos de princesa y camisetas de futbol

Cuando los niños tienen entre 2 y 4 años, ya saben que hay ropa para niñas y ropa para niños y por lo general, les gusta seguir ese patrón.

Desde muy chiquitas, a las niñas se les elogian sus zapatos, vestidos y los adornos en su cabello. Es por eso que es común que las pequeñas siempre insistan en ponerse su vestido de princesa, incluso para ir a acampar. Es una señal de que le encanta ser mujercita y vestirse como las pequeñas que las rodean.

Sus emociones: las lágrimas son cosa de niñas

Aunque a veces no lo reconozcamos, es posible que, inconscientemente, tratemos de diferente manera a los niños y a las niñas cuando se lastiman o lloran porque algo les duele. Por ejemplo, cuando los niños se dan fuertes golpes, algunos padres les dicen que “se aguanten y sean fuertes”, mientras que a las nenas se les trata con empatía y cariño.

Sin embargo, muchos padres hoy en día tratan a todos sus hijos (sin importar el sexo) de la misma forma y los animan a que demuestren sus emociones. Si eres uno de esos padres, sabemos que no es una tarea fácil, ya que es posible que hayas crecido en un hogar con normas muy tradicionales. Además, aunque hagas todo lo posible porque tus hijos sean de mente abierta, no puedes controlar lo que sucede fuera de tu casa. Por ejemplo, es posible que algunos niños se burlen de tu hijo cuando se dé un fuerte golpe el parque y empiece a llorar. Esa actitud puede ser dañina ya que la próxima vez que tu niño se lastime, es probable que oculte sus emociones. Y esa actitud puede continuar, incluso cuando sean adultos.

"En los últimos años se ha animado a las niñas y a las mujeres a ser más firmes y enérgicas”, comenta Witt. En cambio, “a los hombres y a los niños no los han motivado para que compartan sus emociones”, agrega.

La televisión y los estereotipos

Los niños que desean saber un poco más sobre los roles que desempeñan las personas de cada sexo, no tienen más que ver la televisión, expresa Mary Margaret Reagan-Montiel, gerente de programas infantiles del National Institute on Media and the Family (Instituto nacional de medios de comunicación y la familia), ubicado en Minneapolis.

Algunos personajes sí proporcionan modelos positivos, como por ejemplo la aventurera Dora la Exploradora y su primo Diego. Pero otros programas parecen basar cada broma y trama en los estereotipos de siempre. Reagan-Montiel recuerda su desilusión cuando su propia hija miraba el programa The Suite Life of Zach and Cody, de la cadena Disney. Los varoncitos eran bromistas y las niñas maduras y disciplinadas.

No es necesario que los padres prohíban a sus hijos ver esos programas. Sin embargo, es recomendable que los veas tú antes de que lo hagan tus hijos o los veas junto con ellos. De esa manera, les puedes señalar, por ejemplo: “¿Has visto que en este programa los niños sólo bromean y las niñas son las que resuelven los problemas? Yo no creo que en la vida real suceda eso, ¿y tú?".

Libres para ser tú y yo

Tendrás una gran influencia sobre lo que piensa tu hijo acerca del rol de cada sexo. Pero no te sorprendas si la actitud de tu hijo no coincide con lo que le has inculcado. Aunque siempre evites los estereotipos acerca de roles que desempeñan hombres y mujeres, seguramente tu pequeño tenga sus propias ideas sobre cómo “deben” actuar los niños y las niñas.

No te preocupes, que es una fase normal. Los niños tienen una necesidad muy fuerte de dar sentido a su mundo y no cuentan todavía con la capacidad que les permite ser de mente abierta. Ven las cosas en blanco y negro, o en este caso, de color rosa y azul.

Si tu hija insiste en ponerse un traje de princesa para salir a jugar en la nieve, abrígala bien y déjala que salga así. Asimismo, no te alarmes si tu hijo quiere jugar con muñecas. Dar cariño y cuidar de un muñeco puede ser bueno para cualquier niño. Cuando tu pequeño empiece a tener amiguitos que lo visiten en casa, es muy probable que escuche comentarios como el que “las muñecas son cosa de niñas”. Él decidirá si quiere seguir jugando con muñecas.

A medida que tus hijos crezcan, ten en cuenta sus gustos y preferencias, sin importar si son considerados para “niños o niñas”; por ejemplo, una niña que quiere jugar béisbol o un niño que desee tomar clases de baile. Es importante que le brindes a tu hijo, la oportunidad de saber si se siente bien haciendo la actividad que eligió. Al final, lo que realmente importa, es que disfrute lo que haga y sea feliz.

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