Este
es un blog para mi propia reflexión, para la construcción de mi propio
feminismo. Pero también espero que estas reflexiones le sirvan a otra gente.
Hace
pocos días se aprobó en mi país la ley que agrava las penas por femicidio. Es
decir, se tipificó el femicidio, se aceptó legalmente que existe una diferencia
entre un homicidio simple y un homicidio por cuestiones de género, que no son
otra cosa que el resultado de un violento uso del poder de una persona sobre
otra.
Un
resumen interesante de la ley:
¡Qué
lindo es recordar el día internacional contra la violencia de género, con esta
ley! Falta mucho por recorrer, pero se siguen dando los pasos necesarios.
De
todas maneras, hoy no quería reflexionar sobre esto.
Quisiera
reflexionar sobre un tema MUY pero muy conflictivo, que desata discusiones
apasionadas y hasta violentas…
Quisiera
reflexionar sobre el aborto. Sobre su legalización, sobre las implicancias de
legalizarlo o no, sobre el aborto en sí, como fenómeno social y personal…
Hace
poco leí una cita. Desconozco si es realmente de Favaloro; a veces ponen gente
famosa e indiscutible (preferentemente muerta) para hacer que la opinión valga
más.
"Los
ricos defienden el aborto ilegal para mantenerlo en secreto y no pasar vergüenza.
Estoy harto de que se nos mueran chicas pobres para que las ricas aborten en
secreto. Se nos mueren nenas en las villas y en Sanatorios hacen fortunas
sacándoles la vergüenza del vientre a las ricas. Con el divorcio decían que era
el fin de la familia, y sólo fue el fin de la vergüenza de los separados
ilegales. Con el aborto legal no habrá más ni menos abortos, habrá menos madres
muertas. El resto es educar, no legislar".
René Favaloro (1998)
Analicemos
lo que dice. La lectura que yo hago es una denuncia a la hipocresía, señala que
el aborto punible afecta sólo a las mujeres pobres, a las que no pueden pagarse
un aborto seguro (y clandestino).
Es
decir: a nadie le gusta abortar.
Nadie
esta A FAVOR del aborto, no es un deporte, no es algo liviano ni una decisión
fácil de tomar.
El
aborto no es un invento de nuestro siglo ni del pasado, existe desde siempre.
Una
mujer embarazada puede tener muchísimas razones para abortar, y todas
involucran sentimientos de culpa, angustia, bronca.
Porque
si te planteaste abortar, es porque realmente no querés tener otro hijo, porque
no te sentís capaz de ser madre, que es una responsabilidad inmensa. Porque ya
tenés muchos hijos y no podes mantener otro. Porque quizás, fue engendrado de
una manera horrible. Ninguna de estas razones son menores.
Y
ninguno de los sentimientos que se involucran son menores.
Yo
me pregunto:
¿no sería bueno
plantearse por qué una mujer llega a la decisión extrema de abortar?
Se
me ocurren varios casos, quizás haya más:
CASO
1: La mujer no quiere tener hijos (por
la razón que sea). Aquí aparecen varios problemas:
· No tiene la información necesaria para cuidarse, o
el acceso a anticonceptivos. Muchas veces sucede no sólo con adolescentes, sino
con mujeres maduras también.
· Su pareja no quiere cuidarse, a pesar de que ella se
lo pida. No abriré juicio sobre esto, pero da para una reflexión entera.
· Le niegan la operación de la ligadura de trompas.
Esto… VERDADERAMENTE es ser hijo de puta. Poner atención: Acá no estamos
hablando de hijos por nacer que ya han sido engendrados, sino de la posibilidad
real de no engendrarlos. Es simplemente quitarle el derecho a decidir sobre su
futuro a una mujer, convertirla en un objeto reproductor de la especie. Esto le
sucede a muchas mujeres pobres que recurren a un hospital público.
CASO
2: Violación
¿Hace
falta mencionar el caso de Tejerina?
No
me imagino peor tortura que tener un bebé fruto de una violación, de un acto de
extrema violencia sobre mi cuerpo. Gestar durante 40 semanas, tener en el
cuerpo un recordatorio permanente de un hecho que es horroroso.
CASO
3: Violación de una menor o persona
incapaz.
Esto
ya es algo extremo, pero sucede. Y lo peor: sucede DENTRO de las familias,
abusadores que son tíos, abuelos y hasta padres de esa menor o esa mujer
incapaz.
¿Es
necesario castigar a esa niña con un embarazo?
Las
organizaciones Pro-vida siempre hablan del bebé, del niño por nacer. Y yo me
pregunto si ese niño no va a tener una vida de mierda, porque su madre, ¡no lo quiere! ¿Criar a un hijo que te
recuerde un hecho aberrante? ¿Que se muera de hambre, que no tenga futuro, que
viva en la calle? ¿Un hijo en el que deposites toda tu frustración?
Qué
fácil es señalar con el dedo, cuando el problema no es tuyo… Si tanto estás a
favor de la vida, ¿te vas a hacer cargo vos del niño o niña que estás luchando
para que nazca? ¿Vos lo vas a criar, educar, darle el amor y el sustento que
necesita? No, por supuesto. La única que hacía eso es la Madre Teresa.
Pero
claro, acá aparece la tan mentada figura del supuesto “instinto maternal”. Que
toda mujer que tenga un bebé automáticamente se enamora de él o ella y lo criará
feliz.
Instinto
maternal: ¡Qué gran mentira!
Yo
tengo una hija a la que amo con todo mi corazón. La deseé, la planeé, compartí
mi embarazo con mi marido… Hoy puedo decir que el embarazo no es algo hermoso,
que lo sufrí en el cuerpo y emocionalmente. Que una futura personita tome
prestado tu cuerpo es algo muy estresante. Que la depresión post-parto no es
cuento y no tiene que ver con extrañar la panza, sino con el agotamiento que
produce no poder dormir, estar cansada y herida. Por más que valga la pena, la
maternidad es un trabajo difícil, de 7X24.
¡Ni
quiero imaginarme si no la hubiera deseado!
Insisto: NO ESTOY A FAVOR DEL ABORTO.
Pero entiendo que haya mujeres en situaciones extremas,
que, sea legal o no, lo van a hacer igual. Y muchas van a morir en el intento.
El
aborto no es un asesinato, porque el bebé aun no nació, no es un ser
independiente de la madre.
Por
supuesto, aquí también hay una línea muy delgada… por eso se trata de que no se
le pongan trabas legales a la mujer, para que llegue a los 6 meses, cuando el
bebé ya está formado.
Se
debaten aquí cuestiones filosóficas, ontológicas. ¿Cuándo una persona empieza
ser persona? ¿Cuando son unas cuantas células juntas? ¿Cuando terminaron de
formarse los órganos? ¿Cuándo sale de la madre?
Y
lo peor de todo esto es que no veo un debate serio. Salen organizaciones de
mujeres a decir “Yo aborté” como bandera, y salen organizaciones pro-vida a
decir “asesinas”.
Y
mientras tanto, en el congreso y en diputados… “cricri”. Los partidos políticos
no se juegan con una opinión, tienen miedo a perder votos…
Pero
bueno, la verdad no me sorprende. Si ya desde el vamos, se ha instaurado en la
sociedad un sistema perverso.
Por
un lado, un bombardeo constante de sexo, publicidades que “cosifican” a la mujer,
y que ponen al hombre en situación de que si no tiene relaciones, es menos
hombre, programas que supuestamente son artísticos y que sólo fortalecen
estereotipos.
Luego,
la figura intachable de la madre, feliz de hacer las tareas de la casa y de
gastar plata de su marido (nunca de ella), y sin ningún tipo de deseo sexual, o
como máximo un deseo culposo.
Seguimos
por una educación sexual deficiente, fragmentaria, última en orden de
importancia, tendenciosa y hasta mal informada, sin distinción entre sexo, sexualidad
y género. Y esto no sólo en las escuelas, sino con los profesionales de la
salud que atienden a jóvenes y adult@s.
Continuando
con la prostitución, la trata de personas, el invisibilización del cliente y
del proxeneta como protagonistas de una violencia extrema hacia mujeres, niños
y niñas.
Y
por último, la criminalización del aborto.
Ecuaciones
nefastas!
Educación
sexual deficiente + publicidad sexista + aborto ilegal = madres adolescentes
Salud
reproductiva y sexual deficiente + modelo de madre imposible = mujeres
frustradas en su sexualidad y hombres que buscan prostitutas por la misma razón
Dejemos de mirar para otro lado, dejemos de señalar
con el dedo a otros y otras cuya situación no nos toca, empecemos a construir
una sociedad menos hipócrita y más justa para todas las personas.
¿Por donde se empieza?
Por hablar de temas incómodos. Por entender
situaciones, por cuestionar modelos vigentes que nos hacen daño, no sólo a las
mujeres, sino a todos los géneros.